Dureza del carburo de silicio

El carburo de silicio es uno de los materiales abrasivos comunes más duros, con una dureza de 9,1 en la escala de Mohs. Puede utilizarse para aplicaciones artísticas y artesanales como el lijado de superficies de madera, metal y cerámica.

Además de ser conocido por su resistencia al desgaste en piezas de turbinas de gas y toberas de cohetes, el plástico electroerosionado también puede utilizarse para fabricar componentes de precisión con geometrías complejas.

Más duro que el óxido de aluminio

El carburo de silicio es uno de los materiales más duros jamás creados y presenta una extraordinaria resistencia al desgaste, por lo que resulta ideal para aplicaciones que exigen una gran resistencia al desgaste. Además, su resistencia al calor y sus cualidades inertes lo hacen adecuado para entornos sensibles al calor, como el granallado.

Los granos abrasivos afilados y duros del carburo de silicio lo convierten en una opción fantástica para cerámica, vidrio, piedra, mármol, fibra de vidrio y otros materiales no metálicos como las baldosas cerámicas. Además, es muy eficaz en los procesos de granallado porque sus granos abrasivos afilados penetran en el sustrato y lo preparan con más eficacia que el óxido de aluminio.

El carburo de silicio es duro y duradero, pero no tanto como el diamante. Su dureza Brinell ronda los 2.400, mientras que la del diamante supera los 8.100. El carburo de silicio es adecuado para elementos calefactores de hornos industriales, así como para componentes de bombas, motores de cohetes y automóviles, gracias a su resistencia a la corrosión, incluso en ambientes ácidos y alcalinos durante largos periodos de tiempo.

Más afilado que el óxido de aluminio

Los abrasivos de carburo de silicio presentan granos más afilados y duros que los de óxido de aluminio, por lo que son adecuados para cortar vidrio, plásticos, tableros de fibra de densidad media, metales y maderas con poca presión. Además, el carburo de silicio también funciona bien lijando metales y maderas, aunque al no tener tantas cualidades elásticas se desgasta más rápidamente tras ciclos de granallado prolongados.

material sintético con una dureza Mohs de 9, que sólo superan en dureza el diamante, el nitruro de boro cúbico y el carburo de boro. Es ligero pero tiene excelentes propiedades de conductividad térmica.

El óxido de aluminio está disponible en rosa, blanco y marrón y es ideal para el granallado de diversos materiales. Mientras que la alúmina cerámica o de circonio puede funcionar mejor en superficies de acero inoxidable, el óxido de aluminio sobresale en el granallado de aleaciones de acero más blandas de forma más rentable, a la vez que proporciona un uso más prolongado que otros abrasivos, ¡perfecto para preparar superficies antes de aplicar revestimientos!

Más eficaz para amolar y lijar

El material abrasivo de carburo de silicio tiene una dureza Mohs de 9-9,5 y presenta granos afilados como cuchillas para cortar sin esfuerzo materiales duros como vidrio, piedra y cerámica. Sin embargo, este material no corta metales ni maderas duras con la misma eficacia.

Los abrasivos de carburo de silicio son también menos resistentes que sus homólogos de óxido de aluminio, desgastándose gradualmente con el uso y acabando por deshacerse en pequeños trozos como cuchillas para su reutilización. Además, su forma estrecha se desgasta gradualmente con el uso. Por último, su falta de ductilidad hace que el rectificado de materiales duros resulte más difícil, así como su fragmentación en piezas afiladas como cuchillas para su reutilización.

El carburo de silicio y el carburo de boro son aplicaciones industriales muy utilizadas debido a su extrema dureza. Las propiedades térmicas del B4C le permiten soportar altas temperaturas sin degradarse, mientras que la semiconductividad y la capacidad de absorción de neutrones del SiC lo hacen útil en dispositivos electrónicos y aplicaciones de ingeniería nuclear. El carburo de silicio, por su parte, se utiliza más como material abrasivo; debido a su menor coste y a su dureza superior, ofrece una mayor asequibilidad en comparación con el carburo de wolframio, utilizado para usos más avanzados, como aplicaciones de mecanizado en el sector aeroespacial o aplicaciones médicas, que su homólogo más avanzado.

Más duradero que el óxido de aluminio

El carburo de silicio se diferencia del óxido de aluminio por sus granos abrasivos estrechos y afilados que se desgastan rápidamente durante las aplicaciones de granallado intensivo, lo que lo hace más rentable para los ciclos de granallado de materiales blandos como el vidrio, el plástico y los tableros de fibra de densidad media. Además, el carburo de silicio también graba bien y es una opción excelente para tareas de precisión.

Sus propiedades de dureza, conductividad térmica y conductividad eléctrica hacen de la cerámica un material excelente para su uso en materiales refractarios, cerámicas y aplicaciones de electrónica de potencia. La cerámica también es conocida por su resistencia química y su capacidad de absorción de neutrones, lo que permite su uso en entornos químicos agresivos o en aplicaciones nucleares.

Su mejor apuesta para distinguir estos dos abrasivos es hervirlos en una solución concentrada de NaOH; si el abrasivo se disuelve, entonces es óxido de aluminio; de lo contrario, podría ser carburo de silicio. Realizar esta sencilla prueba le permitirá identificar rápidamente qué material se adapta mejor a su tarea sin preocuparse demasiado rápido por el desgaste. Al conocer sus diferencias y similitudes de uso en el lugar de trabajo, la eficacia, la seguridad y la durabilidad aumentarán sustancialmente.

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